
Explosiones e incendios en instalaciones clave de Rusia marcaron la madrugada de este domingo, cuando Ucrania reivindicó ataques con drones contra la terminal de gas de Novatek en Ust-Lugá, en el Golfo de Finlandia, y se reportaron daños en la central nuclear de Kursk.
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) confirmó la operación, que coincidió con el Día de la Independencia del país. Según las autoridades ucranianas, el objetivo era afectar la infraestructura que Moscú utiliza para comerciar gas y petróleo mediante la llamada “flota fantasma”, diseñada para evadir sanciones internacionales.
Las autoridades rusas informaron que derribaron numerosos drones antes de que alcanzaran la terminal de Ust-Lugá, aunque los restos provocaron un incendio que fue controlado sin víctimas. En la central nuclear de Kursk, un dron interceptado causó daños a un transformador auxiliar y generó un incendio menor; una de las unidades redujo su actividad al 50%, sin afectar los niveles de radiación.
El Ministerio de Defensa ruso indicó además que 95 drones ucranianos fueron derribados en diferentes regiones, y reportó avances de las tropas en Dnipropetrovsk, con el control de varias localidades cercanas a Donetsk, consolidando su presencia en los territorios anexionados por Moscú en 2022.
En medio de estos hechos, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky emitió un mensaje a la nación destacando la unidad del país y su búsqueda de una paz justa y segura. Evitó prometer liberación inmediata de territorios ocupados y subrayó que Ucrania está preparada para responder a ataques estratégicos si Rusia no acepta un alto el fuego.
Zelensky también agradeció las felicitaciones recibidas de líderes internacionales, entre ellos el Papa Francisco, los presidentes de Estados Unidos, Turquía y China, el rey Carlos de Inglaterra y el primer ministro canadiense, quienes ratificaron su respaldo a la seguridad de Ucrania y a su derecho a decidir su futuro.