
Este 26 de octubre, Córdoba volverá a ser protagonista del mapa político nacional. La provincia mediterránea, históricamente decisiva en las elecciones legislativas, pone en juego nueve bancas en la Cámara de Diputados, con una oferta que reúne a 18 listas y a candidatos de perfiles diversos: desde referentes con décadas de militancia hasta figuras nuevas que debutan en el escenario electoral.
El recambio parlamentario llega en un contexto nacional cargado de tensión. Con un gobierno de Javier Milei que busca asegurar un tercio en el Congreso para blindar su programa y una oposición que intenta reagruparse, los votos cordobeses podrían tener un peso determinante en la nueva composición del Parlamento.
La experiencia de Schiaretti y el desafío de sostener su peso político
Entre los nombres más resonantes aparece Juan Schiaretti, exgobernador y figura emblemática de Provincias Unidas, que encabeza una de las boletas más competitivas. Con más de cuarenta años de militancia y gestión, el dirigente busca proyectar su espacio como tercera fuerza nacional, consolidando el eje del centro político con epicentro en Córdoba.
Schiaretti representa la continuidad de un modelo de gestión provincial, pero también el intento de mantener influencia en el Congreso frente al avance libertario y el resurgir del peronismo kirchnerista.
La irrupción libertaria y las caras nuevas
En el otro extremo del espectro aparece Gonzalo Roca, un dirigente joven impulsado por La Libertad Avanza, que llega al ruedo nacional respaldado directamente por el presidente Javier Milei. Su candidatura encarna la renovación del discurso antisistema y busca captar el voto de los sectores más desencantados con la política tradicional.
El oficialismo nacional aspira a repetir en Córdoba el buen desempeño obtenido en las presidenciales pasadas, cuando el libertarismo logró un caudal significativo en las principales ciudades, aunque enfrenta el desafío de retener esa adhesión en medio del desgaste económico.
El peronismo kirchnerista, en busca de recuperar terreno
Del otro lado del tablero, Fuerza Patria, el frente que reúne al kirchnerismo y mantiene a Cristina Fernández de Kirchner como su principal referente, llega con el objetivo de recuperar presencia en una provincia históricamente adversa. Con un armado más limitado que el de sus rivales, el espacio intenta capitalizar el voto progresista y los efectos de la crisis económica sobre los sectores populares.
Los estrategas del frente observan con especial atención el desempeño en Córdoba capital y en el sur provincial, donde el kirchnerismo ha tenido picos de apoyo en los últimos años.
Intendentes, sindicalistas y referentes sociales
La boleta cordobesa exhibe una composición heterogénea. Figuras como Edgar Bruno, intendente de Canals, o Juan Saillen, dirigente del sindicato de recolectores de residuos, representan al sector del peronismo territorial y sindical.
También aparecen empresarios, exfuncionarios, docentes, militares retirados y referentes sociales, lo que refleja un mapa político provincial fragmentado pero plural, donde las estructuras partidarias tradicionales conviven con nuevos movimientos ciudadanos.
El voto cordobés, un termómetro nacional
Históricamente, el electorado cordobés ha sido un termómetro político de lo que ocurre a nivel país. En 2015, Córdoba fue clave para el triunfo de Mauricio Macri; en 2019, consolidó el rechazo al kirchnerismo; y en 2023, mostró un fuerte viraje hacia Milei.
Hoy, el voto provincial vuelve a ser observado con atención por los analistas y el propio gobierno, que necesita consolidar su base de apoyo en una provincia que le ha sido históricamente favorable, aunque más exigente que dócil.
Qué se pone en juego
De las nueve bancas que Córdoba renueva, cuatro pertenecen al oficialismo libertario, tres a Provincias Unidas y dos al kirchnerismo. La disputa será cerrada, con encuestas que anticipan un escenario fragmentado, voto dividido y una participación más baja que en elecciones anteriores.
Los resultados podrían reconfigurar el peso político de Córdoba dentro del Congreso, definir alianzas futuras y marcar el tono de la segunda mitad del gobierno de Milei.
En definitiva, la elección cordobesa será mucho más que una contienda provincial: será una radiografía del humor social y un anticipo de lo que se avecina hacia 2027. Entre la experiencia de los históricos y la irrupción de nuevas figuras, el tablero político cordobés se prepara para una de las batallas más interesantes de este turno electoral.
 
         
        