
El ministro de Economía, Luis Caputo, habría vendido en el mercado de cambio alrededor de U$S 550 millones en las últimas tres semanas para evitar la escalada de la divisa que este jueves cerró en $ 1.375 en la banca oficial.
Solo el martes, primer día de intervención, se habrían usado U$S 230 millones, según se desprende de cifras del Banco Central. A eso se suman unos U$S 170 millones volcados previamente al anuncio oficial y otros U$S 50 millones el miércoles. La cuenta se completa con alrededor de U$S 100 millones este jueves, según calculó F2soluciones, en un mercado que operó por total U$S 572 millones, 66% más que el día anterior.
Oficialmente, Caputo reconoció la intervención hace dos días, pero había comenzado antes e intentó ocultarlo.
A juzgar por las posturas, el “techo informal” que habría impuesto Economía está en $ 1.362 para el segmento mayorista. La jugada hasta el momento es costosa, pero cumple el objetivo. La pizarra del Banco Nación pudo clavar la cotización en $ 1.345 y $ 1.375 para compra y venta. Los ahorristas minoristas fueron los perjudicados porque los bancos subieron los precios a $ 1.340 y $ 1.382. El “blue” también avanzó a $ 1.345 y $ 1.365. El MEP y el CCL se ubicaron en la zona de $ 1.377.
Planteado este escenario, ahora el mercado mide el nivel de intervención para calcular cuánto poder de fuego le queda a Caputo para llegar al 26 de octubre, fechas de las legislativas nacionales Serán 33 jornadas hábiles muy estresantes para el Tesoro que en su cuenta le quedarían unos U$S 1.500 millones para dar la batalla antes de mostrar la bandera blanca.
La expectativa más optimista es que la presión se atenúe al menos parcialmente en caso de que el resultado del domingo en la provincia de Buenos Aires sea satisfactorio. También que se revierta la tendencia del riesgo país, que otra vez quedó a un paso de superar los 900 puntos, muestra de las dudas de los inversores.
Malestar en bancos
En los bancos hay malestar con el equipo económico por la nueva acusación que realizó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, contra una entidad extranjera.
La palabra que más se escucha en la city porteña es “improvisación” y el concepto, que desde hace un mes el Palacio de Hacienda “le corre de atrás a los acontecimientos”. En los dichos off the record también se percibe un ánimo de “devolución de facturas” por algunas actitudes soberbias de sus miembros. Alguien recordó los tweets donde Quirno rechazaba una suba del dólar pidiendo “una remera que diga con qué pesos”.
En su afán de justificar la decisión de intervenir, Quirno se refugió en la victimización de moda: “desestabilización”. Dijo que un banco de origen chino el lunes pasado había intentado subir el precio $ 40 con una postura por U$S 30 millones. El banco aludido sería el ICBC, único de ese origen. Dada esta asociación, no se descarta que el funcionario haya querido jugar con la geopolítica, aunque en ese caso se habría olvidado que China aún sostiene las reservas con un swap de U$S 10.000 millones.
Como dato de la rueda del lunes a la que hace alusión Quirno, el mercado operó en forma limitada por un feriado en Estados Unidos y las transacciones en dólares fueron por U$S 339 millones. La postura apuntada sería menor al 10% del volumen total.
Pero sobre este punto, la clave que explicaría toda la maniobra la planteó el economista Fernando Marull: “Por cambios regulatorios del jueves, los bancos el viernes no podían modificar su posición propia de dólares. Lo tenían que hacer desde el lunes. Entonces van el lunes, lo hacen y eso es ‘tratar de subir’. Poco serio muchachos.” Así resumió la “operación” que denunció Quirno y que supuestamente tenía como objetivo mover el precio del dólar para golpear al gobierno.
En similar sentido se pronunció el economista, Miguel Angel Broda, quien criticó el manejo de la macro economía en los últimos dos meses y advirtió que luego de las elecciones debiera haber una recalibración del programa que incluya un aumento del dólar.
Broda puso el dedo en la llaga del equipo económico y del propio presidente, Javier Milei, al afirmar que la emisión de pesos para sostener los vencimientos de deuda se multiplicó por cuatro desde diciembre de 2023.