
ace tiempo que el apellido Moyano ya no se limita a Hugo en el mundo sindical y político. Sus hijos —Pablo, Facundo, Hugo Antonio, Jerónimo y Karina— ocupan cargos clave en el Sindicato de Camioneros y en el de Peajes. Pero no son los únicos: al menos 12 sindicatos de primera línea tienen a descendientes directos de sus líderes en posiciones estratégicas, donde se forman para eventualmente heredar el poder o aprender desde abajo el oficio de dirigente.
La tendencia no es casual: muchos jefes gremiales se sienten tranquilos al colocar a sus hijos en la estructura principal de sus organizaciones, confiando en que así su legado continuará en manos de familiares de confianza. Sin embargo, esta práctica también genera tensiones internas, ya que otros dirigentes con aspiraciones deben competir con quienes llevan el apellido correcto.
En Camioneros, Hugo y Pablo Moyano son ejemplos emblemáticos. Mientras Pablo se enfrenta a su padre por diferencias internas y estrategias sindicales, Hugo Antonio busca un cargo como diputado y Jerónimo, de 26 años, acumula experiencia en la Secretaría de Juventud. Karina, por su parte, ocupa cargos de relevancia en la Federación.
Otros casos destacan en distintos gremios:
- Luis Barrionuevo tiene a su hija Sandra como secretaria de Asistencia Social y al frente de la Comisión de Juventud y Mujer de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal.
- Carlos Acuña (SOESGyPE) confió en su hijo Carlos Roberto como secretario adjunto.
- Julio Piumato (UEJN) trabaja junto a su hijo Andrés, y Gastón Frutos reemplazó a su padre Abel en la FAUPPA.
- Omar Maturano (La Fraternidad) cuenta con su hijo Sebastián como secretario Gremial e Interior, y líder de la Juventud de la CGT.
- Ricardo Pignanelli (SMATA) tiene a Sergio y Gabriela Pignanelli en puestos estratégicos del gremio.
- Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) alentó a su hijo Sergio Luciano a involucrarse en la actividad sindical.
- Juan Corvalán (SUPA) ubicó a Diego Corvalán como secretario gremial.
No todos los casos son ejemplares: los Medina en UOCRA tuvieron conflictos y denuncias judiciales que involucraron a hijos y nietos del exlíder. En cambio, familias como los Vila en la Unión de Carga y Descarga muestran un camino más ordenado: Gustavo Vila pasó por todas las áreas del sindicato antes de asumir un rol clave, mientras continuó sus estudios de derecho y relaciones laborales.
Esta práctica de incorporar a los hijos en la estructura sindical, algo que era impensado en generaciones anteriores como la de Lorenzo Miguel, se consolidó en las últimas décadas. Hoy, los herederos con apellido de peso no sólo aprenden el oficio, sino que se preparan para ser las nuevas caras del poder sindical.