
En las elecciones de este año se viene repitiendo un problema: mucha gente no va a votar. Eso preocupa al Gobierno, porque creen que si baja la participación terminan ganando los intendentes con sus aparatos políticos, lo que favorece al peronismo.
Por eso Javier Milei metió de lleno su figura en la campaña bonaerense y pidió varias veces que la gente vaya a votar el 7 de septiembre. Dijo que si los “bonaerenses honestos” no van, ganan “los ñoquis y hasta los presos”. Según él, el kirchnerismo busca desalentar a la gente con denuncias, violencia y operaciones políticas para quedarse con el triunfo gracias al voto aparato.
Los números preocupan: en promedio, este año votó apenas el 58% del padrón, veinte puntos menos que la media histórica. En Buenos Aires están habilitadas más de 14 millones de personas y se renovarán la mitad de las bancas en las dos cámaras legislativas.
Distintos analistas remarcan que hay apatía, confusión y desinterés: casi la mitad de los votantes no sabe qué se elige este domingo, y muchos creen que son unas PASO. Los jóvenes de 16 a 18 años, que antes votaban en gran número, ahora muestran poco interés.
En otras provincias se repitió el mismo escenario: en Salta, Jujuy, Misiones, San Luis, CABA, Chaco y Santa Fe hubo participación baja, en algunos casos menor al 50%. Solo Corrientes se destacó con un 70% porque elegía gobernador.
En resumen:
- El Gobierno teme que la baja participación lo perjudique y beneficie al peronismo.
- Milei insiste en que cada voto vale más que nunca y pide ir a las urnas.
- La apatía y la desinformación marcan esta campaña.
- Las elecciones de 2025, hasta ahora, muestran un nivel de ausentismo inédito en el país.