
En la recta final de la campaña para las elecciones legislativas, Juan Schiaretti se muestra este lunes frente al empresariado cordobés en un acto organizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba, en el que es uno de los oradores del Ciclo de Coyuntura.
Con tono pausado pero firme, Schiaretti volvió a ocupar el lugar que más le gusta: el del dirigente que busca representar al interior productivo y al sentido común. Ante un auditorio colmado de empresarios, dirigentes y productores, el exgobernador presentó su diagnóstico sobre la Argentina y trazó su propuesta de futuro. En el centro de su discurso, una definición que lo resume: “Gobernar no es gritar ni insultar; gobernar es escuchar, dialogar y generar consensos”.
El líder de Provincias Unidas, primer candidato a diputado nacional por ese espacio, advirtió que la Argentina “es el único país del Cono Sur que no resolvió sus problemas de equilibrio fiscal y macroeconomía en los años 2000”, una década en la que -según explicó- los países vecinos lograron estabilizar sus cuentas y crecer.
“Uruguay, Chile y Brasil aprovecharon el boom de los commodities para ordenar sus economías; Argentina, en cambio, dilapidó esa oportunidad”, señaló.
El responsable, dijo sin rodeos, fue el kirchnerismo. “Néstor Kirchner y el kirchnerismo desperdiciaron una chance histórica. Impusieron la grieta, degradaron el funcionamiento del Estado, castigaron al interior productivo con las retenciones y fomentaron la cultura del facilismo. En lugar de movilidad social ascendente, promovieron la cultura del plan y la pobreza estructural”, afirmó.
Como ejemplo del retroceso, comparó los niveles de pobreza de 2006 y 2023: “Hace veinte años, Uruguay, Chile y Argentina tenían 26% de pobres. Hoy, los dos primeros tienen menos del 10%, y nosotros el 45%. Esa es la herencia del kirchnerismo”.
Retenciones
El exgobernador cordobés reclamó eliminar las retenciones a las exportaciones agropecuarias y transformar el sistema impositivo argentino. “Es el impuesto más regresivo de todos. No existe en ningún país de América ni en Europa. Se llevaron del interior productivo 175 mil millones de dólares desde 2003. Córdoba sola aportó 35 mil millones. Eso tiene que terminar. Las retenciones son un saqueo que se puede eliminar en dos años”, aseguró.
Schiaretti vinculó directamente ese cambio con la posibilidad de aumentar la producción y las exportaciones. “Si le sacamos el pie de encima al campo, las exportaciones agropecuarias pueden crecer entre 45 mil y 50 mil millones de dólares al año. Ese ingreso no se va a Punta del Este ni a Miami. Se reinvierte en los pueblos, en las explotaciones y en la educación de los hijos. Así funciona el interior”, sostuvo.
El dirigente también defendió la gestión fiscal cordobesa como modelo a seguir. “En Córdoba hace 20 años que tenemos equilibrio fiscal. Es innegociable. Y lo seguimos manteniendo con Martín Llaryora. No lo logramos con ajuste, sino con racionalidad”, explicó.
“Tenemos la menor cantidad de empleados públicos por habitante del país, bajo costo de la política y respeto por las instituciones. Nadie persigue a nadie, nadie se mete con la libertad de prensa ni con el Poder Judicial. Eso genera confianza, y por eso los empresarios invierten.”
En esa línea, Schiaretti contrastó su visión con la política económica del Gobierno nacional.
“No se puede sostener el equilibrio fiscal a los hachazos, como lo está haciendo el actual gobierno. Eso no es sensato ni sustentable en el tiempo. No se puede recortar a la mitad el presupuesto de las universidades públicas ni dejar sin fondos al Garrahan. Son actos de insensibilidad y crueldad que tarde o temprano la sociedad va a rechazar”, expresó.
Y agregó una advertencia directa: “No se puede gobernar maltratando a todos. No se puede llamar degenerados fiscales a los gobernadores, ni insultar a empresarios, periodistas o economistas. No se puede decir que todos los que piensan distinto son una casta. Gobernar no es descalificar al otro. Gobernar es generar confianza y encontrar consensos.”
Sensatez
El exmandatario provincial planteó que el equilibrio fiscal debe ser un objetivo compartido, pero alcanzado con sensatez. Y habló de una posible reforma previsional a futuro.
“El equilibrio fiscal es necesario, pero tiene que ser sustentable y compatible con la equidad social. Si se hace a lo bruto, se rompe el tejido social. No se puede tener equilibrio con jubilados que ganan 47% menos que en 2017. Hay que reformar el sistema previsional, diferenciando a quien aportó de quien no lo hizo, garantizando un piso mínimo para todos, pero reconociendo el esfuerzo del que trabajó formalmente”, explicó.
También propuso una reforma laboral que facilite la creación de empleo privado. “Tenemos que terminar con la industria del juicio, que espanta la contratación formal. Y hay que crear un fondo de garantía por tiempo de trabajo, como en Brasil o en la construcción, para que los trabajadores cobren su indemnización sin fundir a las pymes. No es difícil. Se trata de aplicar racionalidad y sentido común.”
Schiaretti insistió en que el país tiene una nueva oportunidad para desarrollarse, basada en los sectores productivos. “Argentina puede resolver al mismo tiempo su déficit fiscal y su déficit externo. Tenemos gas y petróleo en la Patagonia, minería en expansión, talento en la economía del conocimiento y enorme potencial pesquero y agropecuario. Si aprovechamos eso, vamos a generar los dólares que siempre nos faltan”, afirmó.
A su juicio, lo que impide ese despegue no es la falta de recursos, sino la falta de madurez política.
“Lo que Argentina precisa es sensatez. Los empresarios saben que, sin sentido común, ninguna empresa sobrevive. Lo mismo vale para un país”, dijo.
Provincias Unidas
Al hablar de Provincias Unidas, Schiaretti lo definió como “el bloque que quiere expresar en el Congreso al interior productivo y al sentido común”.
“Queremos representar a quienes producen, trabajan e invierten. No somos de la bicicleta financiera ni del griterío. Venimos del esfuerzo y de la gestión. Por eso nos unimos gobernadores de distintos orígenes, que hemos equilibrado las cuentas y que creemos en el diálogo”, subrayó.
Para Schiaretti, el desafío del próximo tiempo será evitar que “el sacrificio de los argentinos termine en una nueva frustración”. “La gente está haciendo un esfuerzo enorme. No podemos volver a defraudarla con más grietas o imposiciones. Gobernar es generar acuerdos, no dividir. Gobernar no es insultar ni subestimar a los demás, sino tener la humildad de escuchar”, insistió.
El exgobernador aprovechó el cierre para criticar la mirada ideológica que, según él, frena la gestión. “En Argentina seguimos discutiendo consignas. Si el Estado debe estar en todo o desaparecer por completo. Esa discusión ya fue. Como decía Willy Brandt, debe haber tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario. Eso se llama equilibrio, y eso es lo que practican los países desarrollados.”
“Gobernar es aplicar sentido común -concluyó-. Es entender que las obras de infraestructura, la producción y la educación son esenciales. Es escuchar al otro y acordar. No hay país que pueda progresar si vive discutiendo consignas ideológicas. Lo que hace falta es diálogo, consenso y trabajo conjunto. Gobernar no es insultar: es construir confianza y futuro.”