
El investigador Mustafa Suleyman explicó que, ante un escenario negativo, las personas suelen reaccionar con lo que llama “aversión al pesimismo”: rechazar una idea dolorosa aunque sepan que puede ser inevitable.
En Argentina, país futbolero, eso se aplica hoy a Lionel Messi. Contra Venezuela podría jugar su último partido de Eliminatorias en el país, y para los hinchas será como un anticipo de la despedida que en algún momento llegará.
Por eso, la mejor forma de celebrarlo es disfrutar cada jugada como si fuera la última: aplaudir sus gambetas como en aquel 2005 contra Perú, corear su nombre como se hace desde hace años y festejar con todo cada gol, como aquel primero a Venezuela en 2007 o los tres a Bolivia en Núñez.
Lo importante es no dejarse ganar por la tristeza, sino agradecer las emociones que regaló en sus 20 años de Selección: los goles memorables, la imagen de la camiseta en la panza cuando anunció que venía Thiago, los tiros libres mágicos y hasta aquel regreso tras su renuncia en 2016, cuando volvió para darlo todo.
Messi ya hizo historia con Argentina: puso al equipo en Rusia 2018 con un hat-trick en Quito, lideró el camino al título en Qatar y ahora, con 72 partidos en Eliminatorias, es récord absoluto. Lo que venga después, nadie lo sabe.
La scaloneta
Llegó un técnico que lo respaldó y al mismo tiempo lo integró en un equipo. Esa combinación transformó a la Scaloneta en un grupo ganador, incansable y vigente, que inspiró el himno “Muchachos”. Gracias a este equipo, el fútbol le devolvió a Messi lo que merecía.
El Messi que saldrá a la cancha recibirá el cariño genuino de un estadio que, aunque con restricciones de público, no tiene límites de emoción. Es el mismo que debutó en Argentina con Pekerman, que no tuvo su explosión con Basile, que deslumbró a España con Batista, que se consolidó con Sabella, que no celebró con Martino, que volvió con Bauza y que salvó a Sampaoli. Ahora lo disfruta plenamente con Scaloni: bicampeón de América, campeón del mundo y de la Finalíssima. Ídolo, símbolo, y a veces hasta maradoneano.
Algún día Messi se despedirá de estas latitudes, cuando su leyenda ya no tenga epílogo que escribir. Pero hoy no es ese día. Mejor disfrutarlo mientras sigue siendo el Diez que todos conocemos.