
A solo dos semanas de las elecciones del 26 de octubre, la contienda legislativa ya está teñida de tensión. Para Javier Milei, será la primera prueba electoral como presidente, y no cualquier examen: la provincia de Buenos Aires, el corazón del padrón, se convirtió en un campo de batalla lleno de obstáculos inesperados.
La renuncia de José Luis Espert, envuelto en un escándalo financiero ligado a un empresario bajo investigación por narcotráfico, complicó la estrategia de La Libertad Avanza. La Cámara Nacional Electoral finalmente decidió que Diego Santilli encabece la lista libertaria bonaerense, desplazando a Espert a último momento. Pero el conflicto no termina ahí: los libertarios intentan reimprimir 14 millones de boletas para reemplazar la foto de Espert, una operación casi imposible por costos, tiempo y rechazo de todos los partidos locales. El resultado: la lista oficial llega a las urnas con la imagen de un candidato que ya no está en carrera.
Estos contratiempos reflejan un patrón de errores que arrastran al Gobierno hacia una campaña nacionalizada por la crisis. La gestión libertaria se volvió protagonista, incluso sin buscarlo, y la atención política se concentró en la Casa Rosada, dejando en segundo plano la disputa por cargos provinciales. Con un Congreso debilitado y encuestas menos alentadoras que hace meses, la expectativa de la Casa Rosada de asegurar 90 diputados y 15 senadores parece cada vez más lejana.
Córdoba: campaña tibia y moderación estratégica
En Córdoba, la campaña transcurre con calma y escasa visibilidad. Los candidatos libertarios, siguiendo instrucciones de Santiago Caputo, evitan confrontar con el gobernador Martín Llaryora, centrando su mensaje en la figura de Milei y en la necesidad de legisladores para aprobar leyes clave. Esta mesura contrasta con la estrategia de otros partidos.
Juan Schiaretti, liderando Provincias Unidas, adoptó un tono más crítico hacia la gestión nacional y busca posicionarse como referente federal. Mientras tanto, Natalia de la Sota y Pablo Carro compiten por captar el voto opositor con mensajes que critican tanto al gobierno nacional como a la gestión provincial. Entre los intentos de ocupar espacios de representación, también se mueven Ramón Mestre y Aurelio García Elorrio, tratando de aprovechar el desencanto con Milei.
Elección clave en medio de incertidumbre
El escenario bonaerense concentra casi toda la atención: más de 13 millones de votantes decidirán el futuro inmediato del Congreso, y los tropiezos del oficialismo amplifican la presión. La campaña se transformó en un plebiscito sobre Milei, donde cualquier error de coordinación o comunicación tiene impacto directo.
Con la lista de la Libertad Avanza limitada por la renuncia de Espert y los problemas logísticos, el Gobierno llega a esta elección jugando a resistir más que a entusiasmar. El resultado de Buenos Aires y la capacidad de capitalizar sus aliados en otras provincias definirán si la gestión libertaria logra imponer su agenda o si la primera gran prueba legislativa marca un inicio de mandato complicado.